El Torneo Federal "A" ingresó en la recta final de competencia y la situación del "aurirrojo" comenzó a ser compleja si las aspiraciones son avanzar y dar lucha por uno de las plazas para llegar a la Primera Nacional.
Y las respuestas para este presente futbolístico ya no es una cuestión de quién o quiénes juegan; habrá que buscarlas en el seno de un club que improvisó en pleno desarrollo del torneo con una dupla técnica ante la ida de Alfredo Grelak, ex entrenador de Boca Unidos, que llegó entre bombos y platillos y no cumplió con las expectativas.
En la Ribera repatriaron a dos, que apenas meses antes se había alejado del club por la puerta de atrás, para que tomen la posta en el primer equipo. Martín Fabro y Leonardo Baroni pasaron entonces de estar relegados como jugadores a tener que enderezar, como conductores, el rumbo del equipo en un torneo que está a la vista que no permite la improvisación.
Los jóvenes entrenadores, sin dudas, tendrán mucho para darle al club correntino desde la conducción técnica, pero en un contexto más adecuado, con un trabajo a mediano o largo plazo y no cuando la cuestión es probar suerte. Hoy por hoy los técnicos buscan respuestas que no hay, por lo menos en la cancha, con un equipo que lejos está de saber a qué juega o a qué quiere jugar.
Pasaron ocho fechas desde la llegada de los entrenadores y en ese camino hubo un triunfo, en el debut, para luego comenzar a desbarrancar. Cuatro empates maquillaron la situación y tres derrotas, dos de ellas en los últimos partidos, dejaron en claro que el equipo no acusa recibo entre variantes de nombres y esquemas. Sin bien restan 12 fechas por jugar, la suerte de Boca Unidos parece estar echada y una vez más empieza a verse postergado su regreso a la segunda categoría del fútbol argentino.
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