El esfuerzo tuvo su recompensa. Los años de trabajo y constancia permiten hoy tener esos festejos que merecen un destacado. El rugbier correntino Carlos Muzzio alcanzó los 150 partidos en el Stade Montois, el club de Mont de Marsan para el que juega hace siete años en el ProD2, el ascenso del rugby francés.
Y es todo un número para un deportista que salió del amateurismo extremo. Llegar a esta cifra de partidos en una de las categorías más importantes del rugby en Europa (sí, la segunda categoría en Francia lo es), significa un rendimiento regular y sostenido con resultados a la vista. “Velada especial en el estadio Raoul-Barrère. Después de la victoria y el mantenimiento asegurado en #ProD2, el club está feliz de celebrar el partido 150 de Carlos Muzzio en el Amarillo y Negro. ¡Felicidades Carlos!”, escribió el club en sus redes sociales celebrando junto al correntino este logro. Sin dudas que no es un número más.
Estos festejos llegaron tras la victoria clave ante el Beziers, por 20-13. Allí, el club logró confirmarse en esta divisional en una temporada bastante atípica y difícil. Y para el correntino, le significó una revancha coronar estos 150 ante un rival, que meses atrás lo tuvo enfrente cuando sufrió su última lesión de consideración (en el hombro) y lo dejó varias semanas al margen de la competencia.
Mont de Marsan es una ciudad del Sur de Francia con alrededor de 40.000 habitantes. Allí vive “Carlitos” junto a su mujer Valerie y su hijo más pequeño Charlie (en Argentina vive su hija Catalina). Durante la cuarentena y mientras se debatía el regreso del rugby, a mediados de 2020 se refugiaron en un pueblo que se llama Aast, cerca de los pirineos, entre Pau y Tarbes. A una hora de Mont de Marsan: “Vinimos acá porque es más tranquilo y para no estar solos, además porque mi hijo tiene más espacios”, comentó en el peor momento de la pandemia. Pero nunca se cayó. Entrenaba solo y volvió más fuerte para encarar esta temporada. Carlos tiene contrato hasta fines de 2021 en este club y un año opcional más. Es un referente en el equipo, e inclusive es mayor en edad que el actual entrenador.
La segunda categoría del rugby francés es un destino muy elegido por los argentinos. Muzzio llegó al Stade Montois a mediados de 2014 y fue su estreno en división. Siempre soñó con el ascenso al Top 14. Iba a ser su ilusión cumplida. Todavía sigue en carrera, pero con 36 años y todo el desgaste producido despierta con otro horizonte.
En aquella lejana temporada, este equipo del Sur de Francia volvía de su experiencia la máxima categoría y comenzaba a reclutar jugadores locales y del extranjero. El correntino llegó al club tras sus años de experiencias en Vannes y el Tarbes (allí logró su primer contrato profesional), pero en el Stade Montois encontraría un lugar para afianzarse.
El Pro D2 siempre fue el lugar elegido por muchos jugadores argentinos. En esta temporada, supera la quincena de representantes albiceleste, algunos destacados por haber vestido la camiseta de Los Pumas. “El más destacado es el exlíder de Jaguares, Jerónimo de la Fuente. Además, jugadores que han pasado por Los Pumas como Lucas Mensa y Rodrigo Bruni también decidieron su futuro allí”, se escribió hace unos meses en el sitio especializado scrum.com.
Y en el Stade Montois, además del correntino, este año volvió a vestir esa camiseta el chaqueño Leandro Cedaro (ex Regatas Resistencia), junto a Juan Cappiello, Santiago Montagner y Jerónimo Negrotto.
El rugby para “Carlitos” Muzzio comenzó en las menores de San Patricio. Allí dio pasos concretos forjando su camino como tercera línea. Formó su físico, capitalizó experiencia en un club que siempre se reponía de momentos adversos pero sin entregar sus ilusiones en cada jugador. Historias individuales como en todos los clubes del rugby argentino.
Pero esta es historia reciente, la dificultad de ser profesional en un año de pandemia y en un país donde la segunda ola también provocó mayores desarreglos sociales y deportivos. Y también hay un inicio del cuento que muestra varios escalones hacia abajo, lo que tuvo que sobrepasar Muzzio para llegar a festejar los 150 partidos en un club de renombre y una categoría de fuste.
Cuando llegó a Francia, no lo hizo solo. Lo hizo para vivir un mundial de rugby con amigos (Marcelo González y Luciano De la Vega, también miembros de una camada destacada de San Patricio). “Cuando llegué siempre tuve el mismo objetivo: quedarme acá, no sé si ‘Chirola’ (González) y ‘Lucho’ (De la Vega) tenían el mismo objetivo, pero esos primeros meses no la pasamos muy bien. Yo pasé muchas cosas, pero tomé la decisión de quedarme. Tuve esta lesión y vino mi mamá a Francia para decirme que regrese, pero le dije que me iba a quedar, tomé la decisión, y fue cuando me recuperé y firmé en Vannes. Ahí empezó todo”, comentó hace un tiempo el correntino que superó esas adversidades.
Este camino de Carlos en el Sur de Francia tuvo también su capítulo de oro. Siendo forward importante del Stade Montois en 2016, fue convocado para vestir la camiseta argentina en la Nations Cup. Felipe Contepomi como entrenador, lo llamó para jugar en Argentina XV en el torneo que se jugó en Rumania. “Fue una de las mejores experiencias que tuve en el rugby, eso no lo olvido más”, expresó el correntino. Cumplió 150 partidos en el rugby francés. Todo un número.
Nota: Mariano Blanco (Diario Época)
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