Jugador desde el silencio. Ese es Javier Saiz. Habitualmente obrero, siempre pensando en el equipo, hoy le tocó que los reflectores lo enfocaran y lo sindicaran como la figura. Porque, a su habitual trabajo "sucio", le sumó una gran noche ofensiva. En esta primera semifinal ue el máximo artillero del partido con 23 puntos -quedando a dos de la máxima de su carrera, aquellos 25 ante Olímpico el 5/2 y también contra este rival en la 15/16- y una tremenda eficacia (11-14 dobles). Pero, claro, en 24 minutos, hizo lo de siempre, trabajó en los detalles para que San Martín impactara a todos con su primer triunfo: defendió y bajó siete rebotes –todos defensivos- para culminar con 26 de valoración.
El pivote la luchó desde siempre, por su pasión por el básquet, siempre con inteligencia para el juego y para manejar su carrera. Nunca le importó lucirse él, el equipo siempre primero, incluso por encima suyo. Su debut se dio en la temporada 2014/15 de la mano de Regatas Corrientes. Poco a poco se fue ganando su lugar dentro del campo de juego con entrenamientos y esfuerzo, siempre escuchando a cada uno de sus entrenadores. Hoy, como son las cosas del destino, se destaca en el archirrival, pero en Corrientes lo respetan todos. No es casualidad.
En su trayectoria, este interno de 27 años apostó por el estudio, desde que era joven. Hijo de profesionales, un padre ingeniero y una madre odontóloga, Saiz comenzó a interiorizarse en la ingeniería electrónica. Intentó mantener ese ritmo de llevar adelante el deporte y la carrera, pero con su llegada a la institución correntina decidió abocarse a aquello que tanto le apasionaba. Los viajes, las convocatorias a la Selección y el ser parte de un plantel que compite en la máxima categoría hicieron que su esfuerzo, concentración, energías, planes y sueños se dirijan al deporte que tanto amaba. Claro está que son decisiones que uno debe tomar en la vida y apostar, seguramente con incertidumbre y miedos de cara a lo que vendrá.
Y a veces el que arriesga, como dice el refrán, gana. Y hoy fue uno de esos partidos, en el que quizás todo ese sacrificio se vio reflejado en una serie de semifinal de la Liga Nacional y ante un equipo como San Lorenzo. Hoy el cordobés dio muestras de su fuerza y potencial en el juego interno. Su movimiento de piernas, y su físico fueron imposibles para el Ciclón y sobre todo en ese mano a mano con Hernández, Acuña o Romano. Fue totalmente temible abajo del aro tanto ajeno como propio. Justamente ante un rival que amagaba, en los papeles, con tener supremacía con los tres internos mencionados.
Culto, siempre en busca de formarse y aprender. Dueño de una inteligencia innata para el juego y de una mentalidad ganadora y colectiva, que lo refuerza con su solidaridad dentro del campo. Este miércoles fue un partido mental y físico. No era para nada fácil arrebatarle este primer punto a uno de los favoritos. La confianza también, un factor determinante, y se sintió en cada uno de los integrantes de SanMa, y claro está que así lo sintió Javier para despegar y fluir como lo hizo en esta tarde-noche estelar, en la que fue decisivo en el gran comienzo de su equipo. Metió 11 de sus 23 en el 28-5 que inició el juego.
Siempre con las fuerzas intactas. Sabiendo perfectamente el rol que ocupa. Abocado a mejorar, con una cabeza abierta a todas las oportunidades que le brinda la vida y entendiendo las situaciones que se le presentan a la perfección. Ese es Javi Saiz, que hoy dio muestras de su potencial y que con un plantel que lo respalda, sabe que está para mucho más.
Nota: Noe Ortmann (Liga Contenidos)
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