Boca Unidos enfrentó y venció al otro Boca, ese al que injustamente muchas veces quedó pegado por una fortuita coincidencia de nombres. Ocurrió el 16 de julio de 2014, en el mismo escenario donde supo plantar bandera ante River. Con goles de Vizcarra y Dening, el elenco correntino sacó a relucir esa credencial que históricamente supo exhibir ante los llamados "grandes".
En los primeros años de la década de 1980, Boca Unidos empezó a tomar notoriedad en los Regionales clasificatorios para los viejos Torneos Nacionales, que posibilitaron a los clubes del Interior competir contra los de Buenos Aires. Aunque el Aurirrojo no pudo concretar el profundo anhelo de participar de estas citas, sus directivos supieron moverse para concretar el arribo de aquellos clubes con más pergaminos desde Capital Federal a Corrientes, a fin de medir fuerzas en duelos de carácter amistoso (inclusive, enfrentó al Olimpia de Paraguay campeón de América y del Mundo). Sin embargo, las frustraciones deportivas posteriores y un nuevo "enfrascamiento" en el ámbito local pusieron fin a esta práctica.
El renacimiento deportivo y un nuevo protagonismo en años recientes, en sintonía con la debacle de algunos de los llamados "grandes", construyeron un puente para que llegaran los primeros encuentros oficiales ante River Plate e Independiente, en 2011 y 2013. Pero en 2014 surgió una posibilidad muy particular ya que Boca Juniors, por entonces comandado por el emblemático Carlos Bianchi, accedió a disputar un encuentro amistoso ante su homónimo correntino, como parte de la pretemporada que cada uno llevaba adelante por su cuenta. La cita se acordó para mediados de julio en Corrientes.
No eran pocos los medios que presagiaban un triunfo sin muchas complicaciones para el Xeneize, que venía de ser subcampeón en el Torneo Final 2014. En cuanto a presencias, Fernando Gago y Agustín Orión, mundialistas en Brasil, todavía tenían algunos días más de licencia; la atención del momento se concentraba en Juan Román Riquelme, que hasta la fecha del juego aún no había resuelto su situación contractual.
Por su parte, el local se entusiasmó con la posibilidad de un torneo corto "de transición" para la Primera B Nacional que otorgaría diez ascensos a Primera División, y se hizo de algunos apellidos importantes para la categoría: tales los casos, por ejemplo, de Fernando Zampedri, José Vizcarra y Diego Barrado. En contrapartida, Carlos Trullet optó por romper la mística y le comunicó a los históricos Cristian Núñez, Oscar Gómez y Víctor Galarza que no serían tenidos en cuenta.
Ambos entrenadores apostaron a un equipo inicial con mayoría de titulares y una "base" del certamen precedente. El entusiasmo se palpaba desde los días previos y la temprana concurrencia del público lo confirmó. Al igual que ante el Millonario, a la parcialidad aurirroja le adjudicaron el ingreso por Avenida Teniente Ibáñez y se instaló en la cabecera sur y en la platea oeste del "José Antonio Romero Feris".
Las emociones no tardaron en llegar. A un remate de Jonathan Calleri que Matías Garavano contuvo con seguridad, le sucedió un largo envío desde el fondo que el Chino Vizcarra corrió a buscar entre el Daniel Díaz y Juan Forlín. El arquero visitante se apresuró en salir y el delantero aurirrojo lo anticipó con un sombrero que le permitió desairar a todos sus marcadores para luego definir magistralmente de cabeza lejos del alcance del Cata, que la fue a buscar al fondo de la red. Corrían apenas 4 minutos y la parcialidad aurirroja deliraba y se entusiasmaba.
Al conjunto porteño no le resultó sencillo establecer circuitos de juego. Aunque tenía a un lúcido Gonzalo Castellani que cuando encontraba socio se las arreglaba para tratar de abastecer a las "torres" conformadas por Calleri y Emmanuel Gigliotti. No obstante, con el transcurrir de los minutos, Matías Escobar y Santiago Raymonda se fueron apoderando del mediocampo y a partir de esto, creció Boca Unidos con las llegadas de Gonzalo Ríos por derecha y la movilidad de Emanuel Dening.
En el complemento, la figura del goyano se agigantó, y encontró premio a su vocación antes del cuarto de hora. Barrado cortó en el círculo central con el rival en salida y puso un gran pase para la corrida de Manolo que dominó con facilidad y definió cruzado al entrar al área, antes de que pudiera cruzarlo Díaz. El esférico entró pidiendo permiso y los hinchas correntinos dieron rienda suelta a su felicidad con el 2 a 0.
Todo impotencia en la visita, todo confianza del lado del local, que siguió buscando y estuvo cerca del tercero en otra gran maniobra del goyano Dening, que arrancó en campo propio y acabó con un remate cercano al primer palo. Cabal muestra de la frustración de su equipo, el Cata Díaz fue expulsado por exceso verbal tras esa acción.
Los últimos minutos transcurrieron con el anfitrión haciendo circular la pelota y los de Bianchi pensando en el regreso a la Capital. En las tribunas, la fiesta se tiñó de rojo y amarillo con cargadas que iban desde un "borom bom bom, borom bom bom, el que no salta, no fue campeón" hasta el "poné a Riquelme LPQLP", frente a las miradas incrédulas y una pasividad monolítica de una parcialidad que siempre hizo alarde de su bullicio inquebrantable ante la adversidad. En fin, la hipocresía..
El "dale booo" y el "olé, olá" se instalaron en las gargantas de los correntinos que se retiraron con el corazón rebosante y la satisfacción de poder decir "le gané a los dos". El hincha aurirrojo que siempre se sintió ajeno al Boca de Buenos Aires y a sus burlas hacia River por lo acontecido en diciembre de 2011, se sacó una espina bastante molesta. Fue un amistoso, pero ganarlo lo volvió muy especial.
Nota: Adolfo Pereira (República Aurirroja)
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En los primeros años de la década de 1980, Boca Unidos empezó a tomar notoriedad en los Regionales clasificatorios para los viejos Torneos Nacionales, que posibilitaron a los clubes del Interior competir contra los de Buenos Aires. Aunque el Aurirrojo no pudo concretar el profundo anhelo de participar de estas citas, sus directivos supieron moverse para concretar el arribo de aquellos clubes con más pergaminos desde Capital Federal a Corrientes, a fin de medir fuerzas en duelos de carácter amistoso (inclusive, enfrentó al Olimpia de Paraguay campeón de América y del Mundo). Sin embargo, las frustraciones deportivas posteriores y un nuevo "enfrascamiento" en el ámbito local pusieron fin a esta práctica.
El renacimiento deportivo y un nuevo protagonismo en años recientes, en sintonía con la debacle de algunos de los llamados "grandes", construyeron un puente para que llegaran los primeros encuentros oficiales ante River Plate e Independiente, en 2011 y 2013. Pero en 2014 surgió una posibilidad muy particular ya que Boca Juniors, por entonces comandado por el emblemático Carlos Bianchi, accedió a disputar un encuentro amistoso ante su homónimo correntino, como parte de la pretemporada que cada uno llevaba adelante por su cuenta. La cita se acordó para mediados de julio en Corrientes.
No eran pocos los medios que presagiaban un triunfo sin muchas complicaciones para el Xeneize, que venía de ser subcampeón en el Torneo Final 2014. En cuanto a presencias, Fernando Gago y Agustín Orión, mundialistas en Brasil, todavía tenían algunos días más de licencia; la atención del momento se concentraba en Juan Román Riquelme, que hasta la fecha del juego aún no había resuelto su situación contractual.
Por su parte, el local se entusiasmó con la posibilidad de un torneo corto "de transición" para la Primera B Nacional que otorgaría diez ascensos a Primera División, y se hizo de algunos apellidos importantes para la categoría: tales los casos, por ejemplo, de Fernando Zampedri, José Vizcarra y Diego Barrado. En contrapartida, Carlos Trullet optó por romper la mística y le comunicó a los históricos Cristian Núñez, Oscar Gómez y Víctor Galarza que no serían tenidos en cuenta.
Ambos entrenadores apostaron a un equipo inicial con mayoría de titulares y una "base" del certamen precedente. El entusiasmo se palpaba desde los días previos y la temprana concurrencia del público lo confirmó. Al igual que ante el Millonario, a la parcialidad aurirroja le adjudicaron el ingreso por Avenida Teniente Ibáñez y se instaló en la cabecera sur y en la platea oeste del "José Antonio Romero Feris".
Las emociones no tardaron en llegar. A un remate de Jonathan Calleri que Matías Garavano contuvo con seguridad, le sucedió un largo envío desde el fondo que el Chino Vizcarra corrió a buscar entre el Daniel Díaz y Juan Forlín. El arquero visitante se apresuró en salir y el delantero aurirrojo lo anticipó con un sombrero que le permitió desairar a todos sus marcadores para luego definir magistralmente de cabeza lejos del alcance del Cata, que la fue a buscar al fondo de la red. Corrían apenas 4 minutos y la parcialidad aurirroja deliraba y se entusiasmaba.
Al conjunto porteño no le resultó sencillo establecer circuitos de juego. Aunque tenía a un lúcido Gonzalo Castellani que cuando encontraba socio se las arreglaba para tratar de abastecer a las "torres" conformadas por Calleri y Emmanuel Gigliotti. No obstante, con el transcurrir de los minutos, Matías Escobar y Santiago Raymonda se fueron apoderando del mediocampo y a partir de esto, creció Boca Unidos con las llegadas de Gonzalo Ríos por derecha y la movilidad de Emanuel Dening.
En el complemento, la figura del goyano se agigantó, y encontró premio a su vocación antes del cuarto de hora. Barrado cortó en el círculo central con el rival en salida y puso un gran pase para la corrida de Manolo que dominó con facilidad y definió cruzado al entrar al área, antes de que pudiera cruzarlo Díaz. El esférico entró pidiendo permiso y los hinchas correntinos dieron rienda suelta a su felicidad con el 2 a 0.
Todo impotencia en la visita, todo confianza del lado del local, que siguió buscando y estuvo cerca del tercero en otra gran maniobra del goyano Dening, que arrancó en campo propio y acabó con un remate cercano al primer palo. Cabal muestra de la frustración de su equipo, el Cata Díaz fue expulsado por exceso verbal tras esa acción.
Los últimos minutos transcurrieron con el anfitrión haciendo circular la pelota y los de Bianchi pensando en el regreso a la Capital. En las tribunas, la fiesta se tiñó de rojo y amarillo con cargadas que iban desde un "borom bom bom, borom bom bom, el que no salta, no fue campeón" hasta el "poné a Riquelme LPQLP", frente a las miradas incrédulas y una pasividad monolítica de una parcialidad que siempre hizo alarde de su bullicio inquebrantable ante la adversidad. En fin, la hipocresía..
El "dale booo" y el "olé, olá" se instalaron en las gargantas de los correntinos que se retiraron con el corazón rebosante y la satisfacción de poder decir "le gané a los dos". El hincha aurirrojo que siempre se sintió ajeno al Boca de Buenos Aires y a sus burlas hacia River por lo acontecido en diciembre de 2011, se sacó una espina bastante molesta. Fue un amistoso, pero ganarlo lo volvió muy especial.
Nota: Adolfo Pereira (República Aurirroja)
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