Existen años de despegue definitivo en el que un deportista consigue amalgamar su pico de rendimiento y extenderlo para lograr objetivos concretos. Ese período para Leonardo Mayer se dio, sin dudas, durante 2014.
El jugador correntino había tenido buenas apariciones anteriores en Copa Davis y logrado consolidarse entre los 100 mejores del ranking individual. Pero esto no parecía dar con el potencial que sus entrenadores destacaban en sus años de juvenil. A los 27 años, el “yacaré” tuvo un buen comienzo de temporada alcanzando la final en el ATP 250 de Viña del Mar (el italiano Fabio Fognini conquistó el torneo al derrotarlo por 6-2 y 6-4).
Esto marcaba un presente al alcanzar su primera definición en singles a nivel ATP (ya había ganado ocho títulos individuales de Challengers). Manteniendo regularidad sobre polvo de ladrillo, Mayer llegó a Hamburgo para disputar el torneo que otorgaba 500 puntos a su vencedor.
En primera ronda, “Leo” barrió al local Peter Gojowczyk (6-3 y 6-2). En ronda de 32, el argentino tuvo una trabajada victoria para torcer el brazo al español Guillermo García López con un éxito en sendos tie-breaks: 7-6 (1) y 7-6 (3). En la siguiente instancia, el correntino no dejó dudas ante uno de los mejores jugadores la actualidad: Dominic Thiem. El actual número tres del mundo (estaba en el escalafón 55 en 2014) no pudo hacerle frente a la experiencia del “yacaré”, que fue pura solidez y dominó por 6-3 y 6-2.
Ubicado entre los ocho mejores del torneo teutón, Mayer dio otro paso firme para obtener su lugar entre los semifinalistas: venció al serbio Dusan Lajovic por 6-1 y 7-5 para medirse ante Philipp Kohlschreiber por un lugar en la final. En un duelo de reveses a una mano, el argentino marcó el ritmo y no cedió la iniciativa para hilvanar otra victoria (7-5 y 6-4).
David Ferrer era el último obstáculo que separaba al correntino de la gloria en Hamburgo. El español (séptimo en el ranking y mejor sembrado del torneo) asomaba como un contendiente de alta complejidad por experiencia y nivel sostenido en el tiempo. De hecho, el nacido en Alicante le robó el primer set de la definición y en todo el certamen al correntino al adelantarse por 7-6 (3). Esto podría haber significado un duro golpe para Mayer, que partía en desventaja por primera vez en toda la semana.
Pero además de fluir su tenis, “Leo” tuvo la sangre fría y el corazón caliente para no volverse un manojo de los nervios ante este panorama adverso. El argentino tuvo un formidable segundo set (6-1) sacando a relucir la potencia de su servicio. Todo se definiría en un tercer parcial donde Mayer pudo cerrarlo al estar arriba 5-4 pero lo dejó escapar. Un nuevo desempate decantó a favor del correntino, que triunfó por 7-6 (7-4 en el tie break) para desplomarse, destapar un fino champagne y celebrar con el trofeo en sus manos.
Con este logro, Mayer sumó su nombre a la lista de campeones argentinos en el Abierto de Hamburgo: Guillermo Vilas en 1978, Guillermo Coria en 2003 y Juan Mónaco en 2012. En 2017, “Leo” conseguiría ser el primer jugador nacional en festejar por duplicado en este importante torneo.
Fuente: Diario Época
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